En las clases de CI trabajaremos a través del cuerpo y el movimiento. Se trata de un “trabajo sensible”, ya que el foco está en el viaje de nuestra atención, en la practica de estar presentes, observando la información que nos llega a través de las sensaciones. Esta sería una gran diferencia con otras técnicas de danza donde el foco está en el hacer, en el potencial físico o virtuosismo del/la bailarín/a.

Durante estas clases:

> Nos moveremos solas/os, preparando a nuestros cuerpos-mentes para estar más disponibles en la danza:
- Entrenando el flujo, la agilidad y facilidad en el movimiento a través de patrones simples de movimiento (rodar, deslizar, espirales, bananas, y muchos otros).
- Desplegando nuestro imaginario y encarnando distintos “cuerpos” o lugares desde donde movernos (piel, músculos, huesos, mirada, espacio…)
- Trabajando nuestros reflejos (a través de la pequeña danza y otras dinámicas)
- Entrenando la percepción de la gravedad, y el uso de nuestros apoyos, buscando el movimiento más eficiente y de menor esfuerzo.

> Nos moveremos en contacto con otras personas a través de dinámicas guiadas:
- Entrenando la capacidad de escucha y atención al punto de contacto.
- Practicando una nueva manera de organizar nuestros cuerpos para movernos juntas usando la inercia, el peso…
- Abriéndonos a las nuevas posibilidades que este baile compartido, este diálogo, nos ofrece (que no están presentes cuando nos movemos solas/os). Se trata de una oportunidad para vivirnos como parte de un sistema mayor, de vivirnos como una forma cambiante que se mueve entre ser parte de un organismo mayor y ser un individuo.

Durante las sesiones dedicaremos momentos para compartir verbalmente nuestra experiencia.

Concluiremos las clases con un círculo de cierre donde recogeremos las experiencias de cada una/o.